sábado, 6 de junio de 2009

Los patios


Qué de cosas maravillosas encierran los patios.

Cuánto color dan los objetos inútiles, las mangueras en desuso, los oxidados tarros de pintura amarillenta y las aves que revolotean en el palito de cas. (Nunca dio cases el palito de cas. Tampoco el árbol de mangas, salvo la vez en que mi mamá lo regañó y esa vez dio mangos pequeñitos, como para que viéramos que daba algo)

¿Cuántos seres viven ahí?




¿Cuántos ojos se desplazarán por la planicie viva para ser aplastados por el pie inquieto que no sospecha lo que ha provocado?

¿Cuánta lluvia tragará la tierra que me mira tender la ropa los domingos?




1 comentario:

Florita dijo...

Sil!!!

Esta demasiado lindo en la historia anterior, que bueno que sigas publicando tu arte, me fascina poder volver a leer tus ideas, hace mucho no leìa nada tuyo.

En cuanto al palito de mango y el de guayabas, en la casa de mis papás hay un arbol de limón que no daba cosecha y un viejito lo "madrió todo", lo dejó sin una hoja y con muchas heridas de machete, pero después de eso no ha pasado un dia sin limones.